Friday, October 14, 2005

EL PRIMER BESO


Como recuerdo el embeleso,
que sintiera por vez primera,
en aquel inocente y furtivo beso,
que a mi novia una vez diera.

Tierno beso aquel de enamorados,
de aquellos rojos labios carmesí,
de bellos ojos de pasión entornados,
que diciendo "no" decian "sí".

Hoy que los años han pasado,
y de que otros labios probé su miel,
de aquel beso tierno y apasionado,
del que guardo su recuerdo con fervor,
ha quedado en mi alma aprisionado,
y de todos los besos, será siempre el mejor.

EN UN JARDIN DE LA ALHAMBRA


En una tarde de julio,
mi ilusión se realizó,
del cielo Dios lo quizo,
y de la tierra lo quize yo,
de La Alhambra en un jardín,
mi sueño de consumó,
entre su corazón y el mio,
en cópula enardecida,
La Alhambra me dio su alma,
y yo le entregué mi vida.

Agosto/2003

Thursday, October 13, 2005

ALBATROS VIAJERO


¡Oh albatros viajero,
préstame una última vez tus alas,
para irme por los mares a volar!

¿Que vienes a la playa a buscar, pájaro viajero?
Si yo te dejé volando allá en la lejanía.
¿Vedrás en pos de algún viejo marinero,
a anunciarle quizás que ha llegado su último día?
No me digas que ha llegado el momento,
la temible hora esa de decir adios,
que vienes a llevarme por el firmamento,
en el último viaje que haremos los dos.
Vienes a recordarme acaso, pájaro agorero,
como que si yo no lo supiera,
que ya no soy el joven marinero,
que una vez con las tuyas sus alas confundiera.
¿Te acuerdas de aquella blanca playa lejana,
que en un día por vez primera,
tu belleza alabastrina mi alma cautivó?
Detente por un instante, baja y recordemos,
los tiempos que se fueron para jamás retornar,
dime si aquellos amores que un día eché de menos,
todavía llegan a la playa a mi barco esperar.
Has regresado acaso a aquel viejo faro,
que aún en las noches de luna solía brillar,
y por sus rayos guiado hallaste el amparo,
de la sirena que yo nunca pude encontrar.
Ven y hablame, pájaro viajero,
de aquellos amores que en puertos lejanos
al zarpar dejó llorando aquel marinero,
dime si sus lágrimas se perdieron en el mar.
¿Recuerdas, pajaro agorero,
cuando allá en tu fuero, fuimos uno los dos?
Felices horas aquellas que tan lejos han quedado,
en mi pecho clavadas, nadie las podrá arrancar,
ven tu y dime pájaro malvado,
que como mi alma, no se hundieron en el mar.

¡Oh albatros viajero,
préstame una última vez tus alas,
para irme por los mares a volar!